miércoles, 18 de diciembre de 2019

Policromática

Cualquiera sea la forma del afecto, este cambia nuestra percepción, como ocurre cuando situamos distintos instrumentos frente a nuestros ojos e intentamos observar a través de ellos. Así con algunos podríamos ver cercanas aquellas figuras que en ciertas ocasiones parecen distantes y con otros nos limitamos, al punto de volverse imperceptibles los hechos más relevantes. Incluso la presencia o movimientos del objeto de deseo, supuesto motor de este espíritu, puede ser menos que un fantasma en ciertos momentos de ensoñación. Por lo que podemos entender que lo ocurrido ese día no fue solo un descuido, sino también una consecuencia, del tiempo, de sus pensamientos, de sus necesidades y anhelos. Todo conjugó para que ocurriera de esa manera y no había qué hacer, por más que Diana y Héctor buscaran en su propio recuerdo el punto exacto en que pudieron cambiar la historia. Y al encontrarlo se endilgaran, aceptando el castigo, toda responsabilidad y culpa.



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