domingo, 16 de abril de 2023

Atraxa

Mucho tiempo hemos buscado esa señal. Dábamos pasos pero parecía que no nos movíamos. En algún momento alguien notó puntos azulinos dibujados en sus dedos e hizo creer, cuando la primera luz brilló arriba abriendo las nubes afónicas, hizo creer, decía, nos hizo creer, que era un mensaje y que era el mensaje y que debíamos seguirla. Que avanzar era ir hacia donde parecía inclinarse el halo de la estrella del norte. La estrella del norte, que pronto fue más de una y luego varias. Una conjunción. Sinfonía entregando pistas que tratábamos de entender. Poco importó que no tuviéramos certeza de su significado porque cada tanto aceptábamos alguna absurda teoría al respecto. Y solo una vez en un millón alguien se daba cuenta que no era sentido lo que buscábamos sino movimiento. Nos importaba porque daba una impresión: la impresión de que sabíamos algo y que ese algo nos impulsaba. Eso que el resto desconocía. Y en su interés desaparecía nuestra insignificancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario